Los primeros libros de Karate

Los primeros libros de Karate

Antes de este siglo casi nada se escribía sobre Karate. En 1905 Chomo Hanashiro escribió algunas notas sobre “Karate kumite”, y en 1908 Ankoh Itosu expuso sus 10 preceptos en un par de páginas, pero ninguno de estos textos cortos estaba pensado para ser publicado para el público en general. No fue hasta que el Karate fue introducido en Japón cuando empezaron a aparecer los primeros libros de Karate.
El primer libro fue “Ryukyu Kempo Tode” en 1922. (“Tode” era la pronunciación de los caracteres de “mano china”, el antiguo nombre del Karate). Fue escrito por el karate-ka okinawense y ex-profesor de escuela Gichin Funakoshi, quien se acababa de establecer en Japón unos cuantos meses antes. Funakoshi, de 53 años, había tomado la decisión de permanecer en Japón para enseñar “el noble arte del Karate”, y en ese estallido inicial de entusiasmo, trabajó duro para componer este pequeño libro de sólo algo más de 300 páginas. Como él explicó posteriormente en “Karate-do. Mi camino” (Karate-do, My Way of Life/Karate-do Ichiro), el libro estaba dividido en cinco partes principales: Lo que es el Karate; El valor del Karate; El entrenamiento y la enseñanza de Karate; La organización del Karate; y Fundamentos y Kata. La parte principal del libro (páginas 63-272) era la descripción de los katas (formas), y aparte de un par de páginas sobre entrenamiento con makiwara (poste de golpeo) y la ilustración de ocho proyecciones simples, esto formaba todo el contenido técnico del libro. El Karate era todavía un arte abrumadoramente basado en kata.
Hay algunos aspectos interesantes de este libro. Por ejemplo, el número y calidad de los prefacios son inusualmente impresionantes para un profesor de escuela okinawense que llevaba en Japóntan sólo unos pocos meses. El Marqués Hisamasa, anterior gobernador de Okinawa, el Almirante Yashiro, el Vicealmirante Ogasawara, el Conde Shimpei Goto el Teniente-General Oka, el Almirante Kanna, el profesor Higaonna, y Bakumonto Sueyoshi del Okinawan Times, todos ellos dedicaron tiempo a escribir un par de páginas para Funakoshi. Ya desde el principio había atraído el apoyo de personas destacadas, para gran beneficio del Karate, contrarrestando, aunque en pequeña medida, el prejuicio japonés contra las personas de Okinawa y su cultura. El libro también contenía la primera historia escrita del Karate – incluso entonces sus orígenes eran oscuros – y por supuesto su contenido técnico es ahora en sí mismo de importancia histórica. Éste, no obstante, se ve mejor en el segundo libro de Funakoshi, “Rentan Goshin Tode-jutsu” (1925).
La razón es: fotografías. “Ryukyu Kempo Tode” estaba ilustrado con dibujos de un artista bien conocido, Hoan Kosugi. Pero Kosugi, incluso si era entonces alumno de Funakoshi, sólo podía tener una experiencia muy limitada en Karate, y sus simples dibujos no podían expresar realmente las cualidades físicas del arte. En el libro de 1925, Funakoshi posó para todas las fotografías, y eso nos da una imagen muy clara de su arte en aquel momento. Como he escrito anteriormente (FAI Nº60), de los libros de Funakoshi ese es mi favorito. Se aprecia que el fundador del KarateShotokan no estaba practicando Shotokan él mismo en ese momento. Su estilo era lo que ahora llamaríamos una versión de Shorin-Ryu okinawense; y aunque de ningún modo se acerca al nivel de refinamiento de los expertos actuales, sus katas tienen una apariencia bastante buena y él parece cómodo con su técnica.
“Rentan Goshin Tode-jutsu” era una versión revisada de “Ryukyu Kempo Tode”, y el contenido técnico era exactamente el mismo: una breve descripción del makiwara y alunas proyecciones variadas, y después descripciones completas de los 15 katas. Dos de los pilares del Karate moderno – kihon (fundamentos) y kumite (combate) – estaban ausentes, y de hecho éstos estaban sólo en su infancia en Japón. No era realmente evidente en estos libros una estructura de entrenamiento, y es interesante que fue el “Heian Nidan” (entonces “Pinan Shodan”) el que se puso primero, y se mostró completo, en ambos libros. Debió ser en algún momento posterior a 1925 cuandoFunakoshi decidió que “Pinan Nidan” era, de hecho, el kata más básico y empezó a enseñarlo primero. Así “Pinan Nidan” se convirtió en “Heian Shodan” – que más tarde sirvió como modelo para los más básicos incluso “Taikyoku”.
“Karate-do Kyohan”, que por lo general se considera el trabajo maestro de Funakoshi, salió en 1935, y aquí podemos empezar a ver el estilo Shotokan emergiendo entonces – aunque no demasiado, porque Gichin Funakoshi posaba de nuevo para los katas y a la edad de 65, él mismo no había absorbido demasiado del nuevo estilo. Habría sido mejor demostrado por generación más joven, como su hijo Yoshitaka, o Shigeru Egami. Funakoshi, sin embargo, era una especie de punto intermedio entre ellos y el viejo Karate de Okinawa, y “Karate-do Kyohan” es un gran avance sobre sus libros previos. La principal diferencia es la adición de 86 páginas de kumite y técnicas de defensa personal, incluyendo defensas contra: cuchillo, espada y palo, y desde una posición de sentado. Este énfasis en la aplicación práctica de las técnicas de Karate, en lugar de sólo la simple repetición del kata, mostraba la influencia de las ideas japonesas del budo (“camino” marcial) a lo largo del periodo desde la llegada de Funakoshi.
Durante los años de la guerra, Funakoshi escribió “Karate-do Nyumon”, y aunque fue traducido al inglés en 1988 y publicado con nuevas ilustraciones, yo nunca he visto el original. (Si alguien de ahí afuera tiene una copia, que por favor me escriba a c/o FAI).
El libro final de Funakoshi fue la segunda edición de “Karate-do Kyohan”. Su fecha de publicación aparece como Showa 33, o 1958, así que debió salir poco después de su muerte en 1957. No podemos estar seguros de hasta qué punto Funakoshi estuvo involucrado en su preparación, ya que habría tenido casi 90 años de edad, pero sí que escribió un prólogo, y algo que se transmite es su estado deprimido por el estado del Karate de la posguerra. No es fácil discernir por qué, pero sus valores se habían desarrollado en otra época y en ese momento no se sentía en consonancia con el mundo moderno.
¿Se había deteriorado realmente el Karate? Desde la perspectiva de hoy es difícil ver cómo. Quizá en términos de “espíritu” algo se había perdido, y al Karate le costó unos cuantos años recuperarse tras la devastación de la guerra, pero no parece haber una caída significativa en el nivel técnico.Shigeru Egami fue el modelo para la edición de 1958 del “Kyohan” y su técnica parece buena, casi por completo el Shotokan que tenemos hoy.
Se habían algunos cambios realizado desde la primera edición. Se añadieron los katas “Taikyoku” y “Ten-no-kata” y las secciones sobre técnicas de defensa personal fueron eliminadas. Había unas cuantas páginas sobre ippon-kumite (combate a un punto) y aquí podemos ver un cambio definitivo en el énfasis, con el uso de los pies como armas principales, y algunas patadas lanzadas a nivel jodan (alto). La transformación desde el “Tode” okinawense original de Funakoshi de 1922 alKarate Shotokan se había realizado.
Los libros de Funakoshi son únicos al permitirnos ver este proceso de desarrollo. Esto no es así para un profesor como Choki Motobu, por ejemplo, cuyo Karate nunca alcanzó la popularidad delShotokan de Funakoshi. Cuando Motobu murió no dejó un estilo organizado tras de sí y por ello elKarate mostrado en sus libros estaba probablemente en el punto final de su desarrollo. Al menos, se había probado adecuado para él, y en ese sentido no necesitaba llevarse más lejos.
Se dijo – nada menos que Gichin Funakoshi – que Choki Motobu era analfabeto. No obstante, de alguna manera compuso dos libros, e incluso si tuvo que dictar el material a algún alumno, el sentimiento y técnicas de los libros parecen completamente suyos.
Los dos libros eran “Okinawan Kempo Tode-jutsu. Kumite-hen” (1926) y “Watashi-no Tode-jutsu” (1932), ambos volúmenes bastante pequeños con 58 y 100 páginas respectivamente.
En aquella época la práctica de Karate se concentraba en kata. En contraposición el estudio de aplicar las técnicas contra un oponente en un combate (kumite) había sido descuidado. Como apuntó Kenwa Mabuni, “Un joven se enseñó a sí mismo a pelear de manera independiente – no tuvo sensei para ello“. Así que Choki Motobu era inusual entre los profesores de Karate al concentrarse en los métodos de kumite. La mayoría de ellos eran de su cosecha, y tenía mucha experiencia en peleas para darles una base realista. Si comparamos los libros de Motobu con, digamos, la segunda edición de “Karate-do Kyohan” donde los ataques se realizaban desde larga distancia, Motobu parece operar desde mucho más cerca. Sus técnicas son simples y efectivas, utilizando el puño, codo, rodilla, y patadas bajas contra los puntos débiles del oponente. “Okinawa Kempo Tode Kumite-hen” no incluía ningún kata, pero en “Watashi-no Tode-jutsu” Motobudemostraba “Naihanchi”, realmente el único kata que parecía practicar. (Aunque puede que conociese otros).
Los libros de Choki Motobu no son muy conocidos, pero aclaran algunas cuestiones sobre suKarate. Por ejemplo, se ha sugerido que enseñó varias técnicas de Tui-te, el sistema de manipulación de las articulaciones y luxaciones que recientemente se ha puesto de moda. Esta especulación no está respaldada por los libros; de hecho Motobu no muestra ni una técnica de luxación. Siempre golpea, y eso parece adecuado considerando sus antecedentes de peleas en los barrios “conflictivos” de Okinawa, donde la experiencia le habría enseñado los beneficios de lo directo y simple.
Los otros pioneros del Karate japonés, Kenwa Mabuni (Shito-Ryu) y Chojun Miyagi (Goju-Ryu), también escribieron algo sobre el arte. Mabuni fue el más prolífico y escribió “Kempo Karate-do. Sepai-no-Kenkyu” (1934) y “Goshin Kempo Karate-do Nyumon” (con Genwa Nakasone, 1938). “Sepai-no-Kenkyu”, como su nombre implica, era un estudio del kata “Sepai”. Mabuni demostraba el kata él mismo y después mostraba sus aplicaciones con Yasuhiro Konishi. Este fue probablemente el primer libro en analizar kata de esta manera, y también contenía la primera publicación del intrigante antiguo manuscrito “Bubishi”. Chojun Miyagi no dejó demasiado en papel, pero en 1934 escribió su bien conocido ensayo “Karate-do Gaisetsu”.
Todos los libros mencionados anteriormente fueron escritos por profesores de Okinawa que habían venido a Japón. Los karatekas japoneses estaban todavía aprendiendo el arte y pocos tenían la experiencia para componer un libro. Una excepción era Nisaburo Miki quien, junto con Mizuho Takada, escribió “Kempo Gaisetsu” en 1930. Miki se había unido al Club de Karate de la Universidad de Tokyo en 1928, y un alrededor de año más tarde había realizado el viaje a Okinawaque resultó en “Kempo Gaisetsu”.
Miki estuvo en Okinawa durante sólo dos o tres meses (?) pero pudo visitar a algunos de los más altos expertos de Karate, y realizó un buen trabajo, trayendo de vuelta varios katas que entonces se practicaban poco en Japón (si es que se practicaban); katas como “Passai-Sho”, “Chinte” y “Gojushiho”. Éstos fueron incluidos en su libro, como también otras variantes como “Yabu-no-Gojushiho” (el Gojushiho del Maestro Kentsu Yabu), “Kyan-no-Passai” (el Passai del MaestroChotoku Kyan), y “Oshiro-no-Seisan” (el Seisan del Maestro Oshiro). Esto es bastante importante ya que el libro de Miki y Takada es la única documentación contemporánea que tenemos de estoskatas. También estaban incluidas tres formas de bo (palo) – el primer tratado impreso de kobudo(armas) de Okinawa – y una descripción de los varios elementos de equipo de entrenamiento que se utilizaban entonces.
La única crítica que podría lanzarse contra “Kempo Gaisetsu” – como en el “Ryukyu Kempo Tode” de Gichin Funakoshi – es que se utilizan dibujos en lugar de fotografías, y en ocasiones sólo hay unos pocos para cada kata.
En mi opinión, el mejor de todos los libros anteriores a la guerra fue el “Karate-do Taikan” de Genwa Nakasone, publicado en 1938. Este punto de vista lo comparten dos de los principales historiadores de Karate de hoy: Shingo Ohgami lo describe como “legendario”, y para Pat McCarthy es “el libro de la época”. También tiene valor como rareza ya que Ohgami Sensei cree que la tirada de la edición original fue de sólo de 100 a 200 copias. Esto pone el libro más allá del alcance de la mayoría de entusiastas, pero afortunadamente en 1992 se publicó una reimpresión facsímil y este maravilloso libro se hizo más disponible en general.
“Karate-do Taikan” fue compuesto por Nakasone quien, aunque no era un experto de Karate él mismo, estaba ansioso por preservar la cultura okinawense y tenía la suficiente influencia como para juntar a varios elevados karatekas para el libro. Los sensei (profesores) y sus contribuciones fueron:
  • Chomo Hanashiro (1869-1945): Kata “Jion”.
  • Shinpan Shiroma (1889-1954): Técnicas de ataque y defensa de Karate.
  • Kenwa Mabuni (1889-1952): Kata “Aragaki Sochin”.
  • Chosin Chibana (1885-1969): Kata “Matsumura Passai”.
  • Hironori Ohtsuka (1892-1982): Defensas de cuchillo.
  • Shinken Taira (1897-1970): El bo (palo).
En cada caso las detalladas descripciones estaban ilustradas por dibujos, pero también había una extensa sección fotográfica que mostraba pasajes de los katas. Junto con ilustraciones de los manuscritos de los “Diez Preceptos” de Itosu, y el “Karate Kumite” de Hanashiro, hacían de “Karate-do Taikan” un trabajo de gran importancia histórica. Es un libro precioso.
Nada de esta calidad sería publicado por muchos años, y durante los años 1940s y principios de los 1950s, salieron pocos libros. Primero hubo una guerra, y después de eso el mundo del Karatejaponés necesitó unos cuantos años para recuperarse. Desde mediados de los años 1950s, se publicaron varios libros y aunque eran normalmente pequeños, y trabajos bastante limitados, aquellos escritos por maestros veteranos como Kanken Toyama (1888-1966) and Yasuhiro Konishi(1893-1983) contenían mucho material interesante.
Desde los 1960s los libros han venido en avalancha, en cualquier caso demasiados para cubrirlos aquí. Algunos que merece la pena mencionar son: “Ryukyu Kobudo Taikan” (1964) de Shinken Taira, el principal profesor de armas okinawenses; “Karate-do” en dos libros (katas y kihon kumite) del fundador del Wado-Ryu Hironori Ohtsuka; el “Karate-do Shogi” (1977) de dos volúmenes de Hoshu Ikeda, que contiene algo de buen material histórico; “Karate-do To Ryukyu Kobudo” por Katsumi Murakami (1973); un libro de historia, “Karate-do-no-Ayumi” (1984) por Tetsuhiro Hokama; “Karate-no-Rekishi” (1987) por Tokumasu Miyagi, que incluye una excelente bibliografía de Karate; el libro de Shosin Nagamine sobre maestros del pasado “Okinawa-no-Karate Sumo Meijin Den” (1986) – y numerosos libros técnicos, muchos de los cuales están magníficamente producidos. Un buen trabajo fue el exhaustivo libro sobre kata de Ryusho Sagakami “Karate-do Kata Taikan” (1978). Éste muestra 38 katas, todos ilustrados en gran detalle, y es como una especie de misterio el por qué nunca ha sido publicado en inglés.
Otro libro que debe mencionarse es el increíble “Okinawa Karate-do: Sono Rekishi To Gihon”, de Kanei Uechi y Shigeru Takamiyagi, sacado por el grupo de Uechi-Ryu en Okinawa en 1977. Este “fantástico libro” (Shingo Ohgami), que pesa casi 11 libras (~5 kg) tiene un total de más de 1300 páginas, está compuesto en realidad de tres partes separadas. La primera, que es una explicación técnica del Uechi-Ryu, incluye al Maestro Kanei Uechi demostrando los tres katas principales delestilo. Esta sección llega hasta la página 388 y entonces, cuando la numeración de las páginas empieza de nuevo, desde la página 1 hasta la 663 está la historia del Uechi-Ryu de Shigeru Takamiyagi. Aunque mucho material nuevo se ha hecho disponible desde entonces (especialmente sobre las raíces del estilo en la Provincia de Fukien en China), Takamiyagi hizo un gran trabajo. Es una verdadera lástima que este material no haya sido traducido y publicado en inglés. La tercera parte del libro, y probablemente tan importante como las otras dos, es un directorio de profesores okinawenses y sus estilos y asociación. A propósito, esta sección ha sido asaltada por varios autores en busca de material, normalmente sin reconocimiento.
Autor: Graham Noble
Este artículo (en dos partes) apareció originalmente en Fighting Arts International(parte I Nº90, 1995, págs. 19-23; parte II Nº93, 1997, págs. 42-48)

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